Pablo Medel
Estudios internacionales han detectado la presencia del coronavirus en las aguas residuales de las ciudades. En nuestro país, por ejemplo, una investigación de la Universidad de Chile obtuvo muestras de aguas residuales entre marzo y junio de este año de las plantas de tratamiento “La Farfana” y “El Trebal”. En ambas, el material genético de Sars-Cov-2 presente en estas aguas aumentó progresivamente de mayo a junio, lo que tiene una correlación con el aumento de la circulación del virus en la capital.
Esta tarde en el programa de ciencia de Radio Usach, Ricardo Salazar, doctor en Química e investigador de la Facultad de Química y Biología de la Usach, se refirió a este hallazgo y descartó que fuera peligroso. “No debería ser el caso, este virus, el Sars-Cov-2, tienen una capa cobertora y esta es muy susceptible a detergentes y jabones, que nosotros encontramos en las aguas y lo más seguro es que estos se desestabilicen. Lo que se encuentra es el material genético, no el virus como tal. No existe un estudio que afirme que sea peligroso para el medio ambiente o para la salud”, afirma el investigador.
Con respecto a la duda que existe sobre si el virus se puede transmitir producto de su presencia en las heces fecales, el doctor desestimó una relación. “No está demostrado científicamente qué cantidad de material genético del virus esté excretado en la heces. No puedo establecer una relación entre la cantidad de material genético que se encuentra en el agua con respecto a lo que elimine un individuo infectado”, sostiene el experto.
En cuanto al uso del baño, y por precaución cerrar la tapa al tirar la cadena, el experto en aguas residuales afirma, “todas las propuestas suman, aún estamos viendo y estudiando el comportamiento del virus en el aire, en las aguas, por lo tanto el aseo y el higiene es fundamental”, apunta.
“Una persona infectada comienza a tener síntomas después de varios días de permanencia del virus en el organismo. Pero al mismo tiempo se ha demostrado que el material genético del virus puede ser eliminado después de tres días de contraído el virus. Por lo tanto la detección del virus en las aguas puede ser un indicio de la cantidad de personas que están infectadas y esto ayuda de guía para establecer las políticas públicas de prevención y contención”, señala Ricardo Salazar, doctor en Química e investigador de la Facultad de Química y Biología de la Usach.