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Trabajar junto a artistas como Denise Rosenthal, Flor de Rap y Princesa Alba, además de ser parte del team de bailarines que acompañaron a la estrella internacional Karol G en su presentación en el Estadio Nacional, son parte de los quehaceres de la destacada bailarina Catalina Adasme.

En una nueva edición de “Somos Expertas: Nuestra Voz” de Radio Usach, la periodista y conductora del espacio, Belén Merino conversó con la bailarina, quien a sus 22 años ha logrado hitos significativos en su carrera. Junto a la joven experta, dialogó respecto a su trayectoria en el mundo de la danza tanto a nivel nacional como internacional, su visión del mundo de esta disciplina en Chile y sus próximos pasos como profesora de baile.

“Creo que la docencia es un camino muy importante. Respetar la docencia y ser buen maestro es primordial para que la danza siga creciendo y se mantenga limpia, pura y sana. También haber viajado a otros países me abre un poco esta imagen respecto a cómo enseñan en otros lados y cómo se enseña en otros idiomas”, comentó en Radio Usach, Adasme.

Respecto a la situación de la danza en nuestro país, la mujer aseguró que ser bailarina en Chile es bastante difícil. “El presupuesto que se le da a los bailarines es bastante bajo y no tenemos tanta visibilidad del trabajo que hay detrás, porque cuando la gente suele ver el show es cuando ya está todo listo, pero atrás de eso hay un trabajo muy duro, hay sudor, hay ensayos, lesiones, llanto y frustración. Ser bailarina es una carrera muy dura, donde prácticamente uno tiene que ser perfecto”, afirmó.

¿Qué tan complejo es en general el camino de una bailarina? Según Catalina, entre todas las dificultades antes mencionadas relacionadas a la situación de la danza en nuestro país, se suman los cánones de belleza impuestos a los cuerpos dedicados a la danza: “Ser bailarina va más allá de bailar bien, como que en una producción o en las audiciones, debes verte bien, que todo el vestuario te quede bien cuando hay estándares, y si no te queda el vestuario no bailaste, entonces existe una presión estética de estar siempre delgada y de ser bella, de tener el pelo lindo y de estar siempre alegre. Hay que tener una disposición muy on point”, aseveró.

Sin embargo,  la bailarina reconoce algún nivel de avance en estas materias en nuestro país. “En este último tiempo a nivel internacional se ha abierto un poco más la mente, hay shows con artistas grandes como Bad Bunny, que incorporó en su ballet bailarines de distintas estaturas, de distintas tallas, que le dan espacio a la diversidad. Al final ser un buen bailarín no es solo verse bien” aseguró.

Finalmente, Catalina Adasme destaca la notoriedad que han alcanzado las mujeres en esta disciplina. “Es algo que he podido comparar a lo largo de mis viajes y también es algo que he podido vivir. En Chile he trabajo con muchas coreógrafas mujeres, que tienen mucha fuerza y que han llevado la danza a otro nivel, Afuera se ve mucho coreógrafo masculino, muchos hombres”, puntualizó al concluir.