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La vulnerabilidad de las infancias, la importancia de espacios seguros para las mujeres y la formación de la Asamblea Feminista de Seguridad para garantizar su protección, son parte de los temas y quehaceres a los que se aboca Marcela del Sol-Hallet, criminóloga feminista, experta en perfiles criminales y directora de la Academia 360 de Prevención Criminal.

En una nueva edición de Somos Expertas: Nuestra Voz, la periodista Belén Merino conversó con la profesional y activista, quien además es también autora en CIPER Chile. Sobre las motivaciones para elegir su carrera, la profesional aseguró que “quise ser criminóloga porque, desde la victimización, quise levantarme, conocer al monstruo, mirarlo de frente y saber cómo tratar, intervenir y prevenirlo, para así evitar que otras mujeres sufrieran lo que yo sufrí”.

Desde su experiencia de vida, del Sol-Hallet comenzó a desarrollar sus motivaciones. “Desde muy pequeña empecé a identificar comportamientos distintos y quise hacer algo para equilibrar los poderes en cuanto a diferencias de sexo, porque crecí en una casa en la cual las mujeres tenían todas las responsabilidades, todos los deberes y muy pocos derechos”, apuntó.

“Queremos que las mujeres no seamos borradas de la historia de Chile, que decir mujer ya no sea una mala palabra, que no se nos tergiverse, que no se nos transforme en un objeto gestante o en una vulva portante. Realmente protegernos de ser, nuevamente, patriarcalmente removidas a un rincón oscuro a tener que aceptar lo que sea”, añadió.

¿Existe algún patrón en quienes ejercen violencia sexual contra las mujeres? La criminóloga explica: “El denominador común es que los hombres que son violentos en cualquier tipo de situación son personas que van carcomiendo tu sentido de libertad. Es decir, buscan cortarte los límites de tu vida, eso impide tu vida social y laboral. Esas personas hay que evitar y escapar”, advirtió.

En cuanto a cómo abordar la vida afectiva con los menores, la experta abogó por una mayor cautela al momento de abordar estas temáticas y no sexualizarlas. “En la cultura latinoamericana está muy naturalizado el inicio de la vida sexual, que no corresponden a la etapa de desarrollo de los niños y niñas, no se puede cortar la niñez con preguntas que lo inciten a pensar en algo que no tenía en mente, sobre todo que la pregunta la hace un ser superior, un adulto. Ojo ahí con esas preguntas”.

Finalmente y en cuanto al rol que deben cumplir las mujeres en la vida pública, Marcela del Sol-Hallet es tajante. “A las mujeres se nos ha adiestrado para bajar la cabeza y servir. Al hombre se le reconoce como líder y él no tiene miedo en vociferarlo. Así es que, mujeres, también es nuestro derecho, somos expertas y nos hemos ganado el título con mucho esfuerzo”, concluyó la criminóloga.