Las sonrisas falsas son algo difícil de identificar, pero que se puede ver comúnmente en conversaciones de trabajo, familiares o incluso de amigos.
Pero neurocientíficos revelaron que nuestro cerebro es capaz de detectar cuándo nos están sonriendo sinceramente y cuándo no.
"Nuestro cerebro las identifica mucho antes de que nosotros mismos seamos conscientes de que algo no va bien", según asegura la doctora Michelle Spear, profesora de Anatomía de la Universidad de Bristol (Inglaterra).
La profesora de anatomía, a través de The Conversation, indicó que "el orbicular de los ojos no se activa a voluntad sin una emoción real detrás".
A la sonrisa sincera se la conoce como sonrisa de Duchenne, que sería la sonrisa auténtica, la genuina. Se caracteriza por la elevación de las comisuras de los labios y la formación de arrugas alrededor de los ojos (las llamadas patas de gallo).
En tanto, la doctora Michelle Spear indicó que en el caso de las las sonrisas falsas suelen involucrar solo los músculos de la boca, dejando los ojos indiferentes o abiertos. Este tipo de camuflaje emocional no parece transmitir demasiado, pues se trata de algo más mecánico o ”estratégico".
"La próxima vez que intentes leer una sonrisa, no mires solo los labios", aconsejó Spear. "Los ojos rara vez mienten", concluyó.