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Marzo ha sido históricamente concebido como uno de los meses más complejos del año en materia económica. Esto, debido a la cantidad de trámites y gastos que conlleva de manera transversal, sumándose también a esto el denominado por especialistas “síndrome post vacacional”, que se refiere al efecto sobre la salud mental y la respuesta que tenemos al momento de enfrentar el regreso a la vida productiva.

 Sobre esto último, en conversación con el programa Frecuencia Pública de Radio Usach, el doctor en psicología, antropólogo y académico Usach, Sergio González, reflexionó en torno a los efectos que tiene este fenómeno para la salud mental de los chilenos, quienes se ven duramente sometidos a una amplia cantidad de gastos, considerando también el contexto de inflación en que nos encontramos:

“Estar de vacaciones y pasar a estar en modo trabajo son dos estilos de vida muy diferentes. En ese sentido, a eso le tenemos que sumar el tema de la acumulación de gastos producto de que tenemos una mala costumbre acá en Chile, de que prácticamente se junta todo, pagos que se debieran haberse hecho en el mes de enero, o antes de salir de vacaciones, se hacen en marzo. Pagar matrícula, la patente del auto o contribuciones, podría perfectamente ser en enero, cosa de que la gente se planifique respecto a con cuánta plata va a contar para sus vacaciones”.

“Marzo es el mes de mayor endeudamiento según marca una estadística, incluso más que el mes de diciembre. Es por esto que la gradualidad es muy importante (...) el saber que no vamos a poder hacerlo todo, pagarlo todo de una, eso es parte de una enseñanza muy clásica y que justamente nos lleva a ese pensamiento de que mes es un mes de endeudamiento”, añadió.

 Finalmente, ahondó en las consecuencias y repercusiones en el ámbito emocional que dicha presión económica puede desembocar en las personas:

“El rol laboral tiene que estar instalado en ese espacio, es decir, no llevarnos trabajo para la casa ni tampoco temas domésticos y familiares al trabajo, es muy importante mantener esa división.  Los fines de semana de los meses de marzo y abril debieran ser en los que más descansemos, ya que es cuando nos estamos recuperando de esta frustración de tener que volver a una rutina y que nos hace sentir más agobiados y aplastados”

“La definición de estrés es la sensación de pérdida de control sobre la propia vida, te sientes superado por sentir que con tus recursos no puedes manejar tu vida. Por lo tanto, recuperar esa sensación de que yo puedo estar manejando y controlando mis actos, mi vida, es muy importante (...) La rutina tiene que estar en los espacios que corresponde”, cerró.

Para cerrar, el académico se refirió a diferentes recursos de apoyo emocional que las y los ciudadanos pueden aplicar al momento de atravesar este complejo mes para el bolsillo y que además, significa el fin del reposo y el tiempo para dedicar al ocio y se reemplaza nuevamente por las responsabilidades, tanto económicas como laborales y familiares.

Revisa la entrevista completa aquí: